La boda de N&I se celebró en la Finca El Ternero, en un entorno espectacular con vistas a la sierra y rodeado de viñas.
El comedor, ubicado en los antiguos aposentos de los monjes, tuvo un ambiente de lo más acogedor para que los invitados se sintieran a gusto durante el convite.
Para el baile, contamos con una carpa que resguardó a los invitados de una fresca noche de septiembre. El detalle de las cámaras Polaroid hizo que muchos invitados pudieran hacerse fotos y dejárselas de recuerdo a los novios para poner así el sello a una celebración por todo lo alto.
Y además, los niños tuvieron muchos juegos para divertirse, aunque también los adultos terminaron jugando al balón y bailando el hula hop.
¡Qué bien lo pasaron!